Diferencias entre Meditación y Atención plena: Cómo ambas pueden mejorar tu bienestar.

La meditación y la atención plena son prácticas que tienen como objetivo mejorar la conciencia y la concentración. Ambas tienen beneficios para la salud mental y física, y se pueden realizar en diferentes contextos. Sin embargo, hay algunas diferencias claves entre meditar y prestar atención que vale la pena explorar.

Meditación. 

La meditación es una práctica muy antigua utilizada por diferentes culturas y religiones con el propósito de llegar a un estado de iluminación espiritual, cabe destacar que la meditación no es una religión y puede practicarla cualquier persona más allá de sus creencias.

 La meditación  implica sentarse en silencio y concentrarse en la respiración, un objeto, una palabra o una imagen. El objetivo es entrenar la mente para que se calme y se centre,  se utiliza a menudo para reducir el estrés, mejorar la concentración, la creatividad, y promover la autoconciencia y la compasión.

 La meditación no es solo estar en atención plena en el presente; esta se apoya en la ética y la sabiduría. En el proceso meditativo tiene que estar presente el discernimiento. 

Se elige un objeto puro, un estado virtuoso para meditar y cultivarlo, adiestrando la mente para que éste predomine y cada vez sea más natural y forme parte del ser.

En la meditación se elige un momento, se define que se va a trabajar, cuanto va a durar la sesión  y con qué técnica se va a desarrollar y se mantiene en ese protocolo. Si hay distracción se debe retomar el objeto meditativo, que puede ser la respiración o el amor bondadoso entre otros.

Existen muchas técnicas para llevar adelante una meditación que facilitan su práctica.  

Atención plena.  

La atención plena que promueve en la actualidad el movimiento secular mindfulness; es la práctica de estar plenamente presente en el momento presente, prestando atención a los pensamientos, emociones y sensaciones físicas sin juzgarlos.

Esta práctica tiene su origen en la meditación budista y es una adaptación o simplificación de la misma; se utiliza con fines terapéuticos y tiene resultados rápidos, ya que al cortar con la mente discursiva se siente alivio, al  no estar indagando en problemas. 

 La atención plena se puede practicar en cualquier momento, no solo cuando se está sentado en silencio. Puede ser tan simple como prestar atención al sabor de la comida que se está ingiriendo, o al sonido de la lluvia cayendo en la ventana.

Aunque ambas prácticas se centran en la atención, la meditación es más estructurada y se centra en un objeto o actividad específica, mientras que la atención plena es más flexible y se ancla en el momento presente en su totalidad. La meditación también es una práctica más formal que requiere un tiempo dedicado específicamente a sentarse y meditar, mientras que la atención plena se puede practicar en cualquier momento y lugar.

Ambas prácticas tienen beneficios para la salud mental y física, incluyendo la reducción del estrés, la mejora de la concentración y la memoria, la reducción de la ansiedad y la depresión, y el aumento de la autoconciencia y la compasión. Además, ambas requieren de una práctica regular para experimentar estos beneficios.

En resumen, la meditación y la atención plena son complementarias y comparten algunos objetivos y beneficios, pero se enfocan de manera diferente en la atención y se practican de manera diferente. La elección entre una práctica u otra depende de las preferencias y objetivos personales de cada individuo. ¿Cuál elegirías tú?

Esperamos que este artículo haya sido de tu  agrado e interés ¡Hasta la próxima entrega! 

La Pacha Espiritual.

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