Son innumerables los rituales que existen para recibir el año nuevo y estos varían según las culturas de las que provienen.
Estrenar ropa, tener en cuenta el color de la ropa interior, sahumar, beber y regar la casa con abundante agua limpia , preparar una valija y dar unas vueltas la misma noche buena… en fin podemos seguir describiendo rituales y costumbres, pero evocaremos uno muy especial por su alegría y entorno.
En Brasil, América del Sur, la llegada del año nuevo se convierte en una fiesta inolvidable, es costumbre vestirse de blanco, color que atrae la buena suerte y adornar la vestimenta con algún color que represente lo que se desea, rojo atrae el amor, el verde la salud, cada color tiene su significado, aunque debe prevalecer el blanco que es el color de la paz y el equilibrio para esta cultura. El ritual de asistir a la playa para las poblaciones que están cercanas a ellas es una costumbre que se cumple, estas se convierten en una marea de personas, se encienden fogatas en la arena y se baila alrededor de ellas.
Llegada las 12 se entregan al mar flores blancas, también se construyen pequeñas embarcaciones a las que se les colocan ofrendas como alimentos, velas, bebidas y fotografías y se otorgan al agua en honor de la Diosa Yemanyá. El mar se llena de lanchas, yates y todo tipo de embarcaciones, todo es luz y brillo. Los fuegos artificiales iluminan la noche nueva por mucho tiempo. ¿Hermosa costumbre no? La energía del mar, el fuego, la playa, la arena, el baile… Para los que no tenemos el agua cerca y este momento llega en verano sería una buena posibilidad recibir el año nuevo en el jardín, balcón o algún espacio al aire libre, en contacto con la naturaleza.
Algunas personas piensan que son solo creencias y costumbres, pero para nosotros que creemos en las energías positivas, en preparar nuestra mente, cuerpo y espíritu para que sean ellas las que proyectemos al Universo, estos rituales son válidos.
Entrenarnos en el agradecimiento, sentirnos uno con el Universo, mirar desde el amor cada cosa que nos sucede como ya dijimos en posteos anteriores, es un entrenamiento y con cada acto mental, físico y espiritual que realicemos, nuestra mente, nuestras ondas cerebrales producirán esa energía positiva que deseamos.
Ritual para aumentar el positivismo.
Época de balances, de cierres y nuevos comienzos. Despedidas de trabajo, con amigos, familia. Me atrevo a decir que en estos momentos del año todas las personas hacen un recuento de lo vivido… ¿Que tengo, que hice, como estoy, soy feliz?
Toma un papel y escribe esas cosas “negativas” de las cuales sacamos un aprendizaje y anótalas.
Carencias, enfermedades, disputas, peleas, malos hábitos, culpas, todo lo que quieras definitivamente dejar atrás. Regístralas a conciencia y sueltalas en el papel y en tu cabeza.
. Dejo los momentos en este papel para que se vayan para siempre.
. Me despido de los hábitos que oscurecen mis acciones y mi relación con los demás y el Universo. Fluyo…
. Perdono todos mis errores y los de los demás desde el amor.
. Dejo los sentimientos de culpa, no hay culpas, soy inocente, soy luz y amor.
. Dejo las carencias de todo tipo, soy abundante y prospero.
. Dejo la pereza, me entreno día a día para ser feliz.
. Suelto los juicios.
. Gracias…
Ahora sin esta mochila pesada, estoy preparada para recibir y trabajar por todo lo que el Universo tiene para mí y merezco.
Busca un momento antes de la media noche y enciende el papel, registra como con el humo se van las cosas que ya no quieres en tu vida y se expanden tus deseos de ser feliz.
Todo es mental, todo es energía, somos energía…
¡Buen año, buena vida!