¡Madre nutricia, madre tierra, diosa femenina, protege y promueve la fertilidad y la abundancia!
Según la tradición de los pueblos originarios del noroeste argentino, Bolivia y Perú, el primer día del mes de agosto se debe comenzar bebiendo tres o siete sorbos de caña con ruda en ayunas. Esta maceración realizada con alcohol y ruda macho, limpia nuestro cuerpo físico y nuestro espíritu de los males del invierno. La ruda es una planta a la que se le atribuyen propiedades mágicas como la de ser espanta males y es que tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas, reduce los problemas cardiovasculares, es sedativa y anti estrés. También es día de limpieza profunda en los hogares y lugares de trabajo; comencemos por sacar todos esos objetos estancados, sin uso, guardados por si las dudas… limpiar y trabajar nuestro apego es la tarea. Del mismo modo procede a limpiar con el humo de las plantas, enciende tu sahumador o activa un sahumerio natural, limpia en profundidad intencionando fuertemente tus pedidos y el humito limpiará objetos, lugares y personas.
Ceremonia de la Pacha Mama
Esta ceremonia espiritual es muy sencilla y profunda, consiste en pedir permiso a la Madre Tierra para cavar un hoyo, y darle de comer, agua, semillas, hojas y todos los alimentos que ella nos ha brindado y que queremos agradecer y pedir seguir teniendo. Estas ofrendas varían según la región en las que se realicen y sus comidas típicas, sembradíos y costumbres, así encontramos rituales donde no faltan las hojas de coca, el maíz, la yerba mate y otros productos relacionados con la aptitud de la tierra y el clima para sus cultivos.
El hoyo abierto en la Tierra representa su boca, corazón y vientre y es allí donde se produce la magia, el milagro de la fertilidad, la vida. Esta celebración se realiza en agosto para pedir permiso por que al mes siguiente se comenzará a arar la tierra para sembrarla. Luego se tapará el pozo y ofreceremos tabaco, alcohol, sahúmos y flores.
Este ritual es un acto de amor y agradecimiento. Es día de celebración y de comprometernos conscientemente a cuidar y respetar a nuestra Madre Tierra por su abundancia y protección. Al actuar con amor y agradecimiento, respetando sus ciclos que también son los nuestros, estaremos vibrando en sintonía con el Universo del cual somos parte.