En esta nota te contaremos como Sanar el Niño interior con Terapia Gestalt puede ayudar a liberar el pasado, transformar heridas emocionales y reconectar con tu esencia auténtica.
¿Qué significa sanar el niño interior en Terapia Gestalt?
Sanar el Niño Interior desde la perspectiva de la Terapia Gestalt implica un proceso profundo y significativo que busca abordar y resolver las heridas emocionales que se originaron en la infancia. La Terapia Gestalt, instituida por Fritz Perls (Dr. en Medicina, neuropsiquiatra) en la década de 1950, es un enfoque psicoterapéutico humanista, que se centra en el aquí y ahora, en la autoconciencia y en la responsabilidad personal. Esta pone en relevancia la integración de las partes de uno mismo de allí la frase “El todo es mayor que la suma de las partes” y entre ellas considera fundamental la sanación del niño interior.
A diferencia de otras formas de psicoterapia que pueden centrarse en analizar el pasado, la Gestalt pone énfasis en cómo las experiencias pasadas afectan el presente y cómo uno puede volverse consciente de estas influencias para vivir de manera más plena y auténtica.
El “Niño Interior” es un concepto que se refiere a la parte más profunda, a menudo oculta, de nuestro ser, donde residen nuestras primeras experiencias emocionales, memorias y heridas. Estas experiencias de la infancia, especialmente si incluyen trauma, negligencia o falta de amor, pueden seguir afectando a una persona en su vida adulta en formas sutiles o directas, influenciando sus reacciones, relaciones y autoestima.
Sanar el Niño Interior.
Dentro del marco de la terapia Gestalt podría incluir varias estrategias y técnicas, como las que a continuación nombramos.
Concientización:
Esto implica volverse consciente de cómo las heridas de la infancia están presentes en la vida actual, cómo se manifiestan en el cuerpo, emociones, pensamientos y comportamientos. A través de la concientización de lo que traemos e inconscientemente nos habita, una persona puede comenzar a entender y desenredar las complejidades de su experiencia emocional.
Aquí y ahora:
La terapia Gestalt enfatiza la importancia de estar plenamente presente. En el contexto de sanar el niño interior, esto puede significar permitir que surjan emociones o recuerdos reprimidos del pasado mientras se mantiene firmemente anclado en el presente. En este proceso reconocemos y abrazamos nuestras heridas desde el adulto que somos.
Experimentación:
La Gestalt utiliza técnicas experimentales, como hablarle a una silla vacía imaginando que es uno mismo de niño o a los padres, para explorar y reconfigurar las relaciones y experiencias pasadas. También se recurre a las visualizaciones, a la creación y manipulación de objetos significativos entre otras técnicas de experimentación.
Aceptación y responsabilidad:
Parte del proceso implica aprender a aceptarse a sí mismo, incluidas todas las experiencias de la infancia, y asumir la responsabilidad de las propias reacciones y decisiones actuales, en lugar de permanecer atrapado en patrones de victimización o culpa. Tomar, abrazar y acoger la vida del niño interior en nuestras propias manos.
Integración:
Finalmente, sanar el niño interior se trata de integrar estas partes heridas y a menudo fragmentadas del ser en un todo más coherente y saludable. Esto puede llevar a una mayor auto aceptación, resiliencia y apertura a nuevas experiencias.
En definitiva trabajar con una parte de nuestro pasado, en este caso con la niñez y las experiencias que llevamos en el inconsciente adulto tiene grandes beneficios.
Pueden ayudarnos a:
- Revelar y liberar emociones reprimidas.
- Alentar a examinar ciertas necesidades insatisfechas
- Animar a analizar y desechar patrones obsoletos.
- Elevar la autoestima y merecimiento.
- Aumentar la creatividad y el amor propio y hacia los demás.
El terapeuta Gestaltico.
A través del contacto directo con las emociones, el terapeuta acompaña a la persona a darle forma, expresión y movimiento a aquello que quedó congelado. Este contacto puede producir catarsis, pero sobre todo genera integración y una renovada sensación de presencia interna.
La Terapia Gestalt trabaja desde el presente, pero abraza las emociones no resueltas del pasado con herramientas vivenciales. No se trata de “revivir” el dolor, sino de experimentarlo de forma consciente y contenida para liberar su carga energética.
Sanar el niño interior y reconectar con la alegría perdida.
Muchas personas viven desde un adulto automatizado, desconectado del goce y la espontaneidad. Sanar el niño interior con Terapia Gestalt implica también abrirse al placer de vivir, al juego, a la risa, a la emoción genuina.
Este proceso no es lineal ni inmediato, pero sí profundamente transformador. Cuando dejamos de juzgar nuestras emociones como débiles o infantiles, comenzamos a caminar hacia una adultez más completa y luminosa.
Conclusión: Abrazar al niño interior es un acto de libertad.
Sanar el niño interior se trata de un viaje que puede ser desafiante y emotivo, pero también profundamente liberador y transformador. En la Terapia Gestalt, este proceso no solo busca resolver el dolor del pasado, sino también potenciar la capacidad de la persona para vivir de manera más auténtica y satisfactoria en el presente. El viaje de sanar el niño interior nos devuelve el poder de vivir con autenticidad. La Terapia Gestalt ofrece el espacio seguro y transformador para honrar ese proceso, resignificar nuestro pasado y abrazar el presente con mayor amor y compasión.
Esperamos que este artículo haya sido de tu agrado e interés, si tienes alguna consulta no vaciles en escribirnos. ¡Hasta la próxima!
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