Intenciones positivas: son motores invisibles que guían nuestra conducta y decisiones hacia lo que la conciencia considera “útil” o “protegido”. En este artículo exploraremos qué son las intenciones positivas, cómo descubrirlas en nosotros, y cómo transformarlas cuando nos impiden evolucionar. Desde La Pacha Espiritual, te ofrecemos herramientas para que las alinees con tu verdad más profunda y tu propósito de vida.
La frase intenciones positivas aparece aquí al inicio como nuestra guía. En los siguientes párrafos desvelaremos su significado, sus orígenes desde la Biodescodificación y la PNL, ejemplos comunes, y prácticas para sanarlas y reprogramarlas.
¿Qué son las intenciones positivas?
Cuando hablamos de intenciones positivas, nos referimos a aquello que subyace a cada acción humana. Un propósito interno que busca un bien (o lo que creemos que será un bien), aun cuando la manifestación concreta resulte dolorosa, disfuncional o contraproducente.
Esto significa que detrás de cada conducta —incluso aquellas que consideramos erróneas o autodestructivas— existe una intención. Que originariamente surgió para proteger, sostener o preservar algo: autoestima, seguridad, reconocimiento, cohesión familiar, supervivencia emocional.
En terapias como la Biodescodificación y la programación neurolingüística (PNL), se parte de la premisa de que detrás de cada acción hay una intención positiva. Pero esto no implica que el comportamiento resultante sea sano: una intención puede volverse rígida, distorsionada o desalineada con nuestra evolución espiritual.
Intención positiva en Biodescodificación y PNL.
Biodescodificación.
Cuando abordamos el tema desde la Biodescodificación, se utiliza esta herramienta para mapear qué intención positiva sostiene patrones, síntomas o conductas repetitivas. La idea es que si logramos consciencia sobre esa intención, podremos transformarla para que actúe de manera más “adulta”, más armoniosa y alineada con nuestra esencia.
En las sesiones de Biodescodificación una de las búsquedas más importantes es la que se realiza para descubrir cuáles son las intenciones positivas que nos llevan a actuar de determinada manera. A través de varios métodos aparecen con facilidad las creencias que están fijadas en el consultante. Es posible hacer una transformación de ellas siempre que la persona se responsabilice y esté dispuesta a cambiarlas. Somos mente e información y creamos la realidad.
La PNL.Programación Neurolingüística)
La PNL aporta una estructura para comprender cómo las creencias, los mapas mentales y los filtros interpretativos condicionan nuestras decisiones. En esta óptica:
Cada persona crea un “mapa mental” único que interpreta la realidad (nuestra “versión”)
A través de ese mapa, las intenciones positivas emergen como respuestas adaptativas
Pero cuando ese mapa está desactualizado, las intenciones se vuelven rígidas y limitantes
Así, nuestro trabajo interior consiste en reconocer la intención positiva subyacente y ofrecerle un canal más evolutivo.
El mapa no es el territorio: entendiendo nuestra percepción.
Antes de avanzar con ejemplos y prácticas, necesitamos comprender el principio de que el mapa no es el territorio. Este aforismo proviene de la PNL y nos recuerda que cada persona percibe la realidad a través de su propio filtro mental, emocional y cultural.
Dos individuos pueden vivir un mismo evento y describirlo de formas completamente distintas. Lo que para uno fue trauma, para otro fue aprendizaje. Lo que para uno fue abandono, para otro fue libertad. Esa diferencia radica en el mapa interno.
Cuando trabajamos con intenciones positivas, no buscamos juzgar o invalidar el mapa del otro, sino reconocer que cada intención tiene sentido en su contexto original. Nuestra misión es reprogramar ese mapa para que se alinee con nuestra evolución espiritual.
Ejemplos de intenciones positivas y sus expresiones distorsionadas.
Aquí algunas manifestaciones comunes de intenciones positivas, y cómo pueden deformarse:
Intención original: “Proteger al otro para que no sufra”.
Versión distorsionada: sobreprotección extrema, control, manipulación afectiva.
Intención original: “Encontrar placer y evasión”.
Versión distorsionada: adicciones, escapismos (comida, sustancias, videojuegos).
Intención original: “Ser reconocido y valorado”.
Versión distorsionada: ego, orgullo, dependencia de halagos.
Intención original: “Permanecer unido / pertenecer”.
Versión distorsionada: codependencia, límites difusos, ambivalencia relacional.
Intención original: “Mantener seguridad / evitar el peligro”.
Versión distorsionada: fobias, paranoia, bloqueo ante el cambio.
Lo habitual es que no seamos conscientes de la intención original: solo percibimos el efecto doloroso o la repetición del patrón. La sanación comienza al traer luz sobre esa motivación inconsciente.
Pasos para identificar tus propias intenciones positivas.
Observar el patrón
Haz un inventario de aquellas conductas repetitivas que te generan insatisfacción o conflicto. Puedes enfocarte en relaciones, hábitos, reacciones emocionales.
Cuestionar el “para qué”
Pregúntate: ¿Para qué actúo así? ¿Qué busco evitar o conseguir?
Suele funcionar formular preguntas como: “¿Qué ganaría si no cambiara?” o “¿Qué me protege esta conducta?”
Separar intención de acción
Distingue entre la intención positiva (el “motor invisible”) y la acción concreta (lo que hiciste). Esto te permite observar sin juzgar.
Explorar creencias subyacentes
Identificá qué creencia sostiene esa intención (por ejemplo, “si no cuido al otro, me rechazarán”). Revisa cuándo y cómo se instaló.
Dialogar con la intención
A través de meditación, escritura o visualización, plantea un diálogo con esa intención para agradecerle y proponerle una versión más alineada.
Reprogramar con nuevas opciones
Formula una nueva intención más consciente, humana y elevada, que cumpla la función original pero con respeto, libertad y crecimiento.
Cómo transformar intenciones positivas.
Aquí vas a encontrar orientaciones prácticas desde el frente espiritual:
1. Aceptación y amor incondicional
Lo primero es acoger esa intención sin culpa. Ella nació por un motivo válido en un momento particular. Darle compasión permite que se afloje y libere su forma desadaptativa.
2. Reescribir el guion interior
Puedes crear afirmaciones o decretos que contengan la intención elevada. Por ejemplo:
“Mi verdadera intención es cuidar desde la libertad, no desde el control”.
Repetí estas frases en momentos de tensión o decisión.
3. Meditación dirigida
Durante la meditación, visualiza tu intención primigenia como una figura simbólica. Observá cómo te habla, qué desea, y ofrécele una nueva misión. Permite que se integre en tu centro de sabiduría interior.
4. Acción consciente
Cada vez que identifiques una manifestación antigua de la intención, detente un instante y recuerda la nueva intención elegida. Actúa desde esa energía actualizada. Con el tiempo, la nueva versión reemplazará a la vieja.
5. Apoyo energético
Usa herramientas como Reiki, trabajo con chakras o la limpieza energética de espacios para liberar bloqueos que sostienen la rigidez de la antigua intención.
6. Responsabilidad y constancia
La reprogramación interna no ocurre de un día para otro. Requiere perseverancia, autoconocimiento y acompañamiento cuando lo necesites. Recordá que no estás sola en este camino.
Beneficios de trabajar con tus intenciones positivas.
Cuando comienzas a deshacer las formas rígidas de tus intenciones y las alineas con tu esencia, estas son algunas de las transformaciones que puedes experimentar:
Mayor paz interior y menos autoexigencia
Relaciones más conscientes y auténticas
Liberación de patrones repetitivos
Sentido de propósito más claro
Empoderamiento emocional
Alineamiento con tu misión espiritual
Trabajar con intenciones positivas es una herramienta profunda de sanación interna, que te conecta con tu centro, te libera de cargas inconscientes y abre caminos de expansión consciente.
El mapa no es el territorio

Conclusión.
Las intenciones positivas son arquitectas invisibles de nuestra conducta. Reconocerlas, dialogar con ellas y transformarlas es uno de los actos más poderosos de sanación espiritual. En La Pacha Espiritual, creemos que ese camino nos acerca a la paz, al equilibrio y al alineamiento con nuestra luz interior.
Te invitamos a dedicar unos minutos hoy a contemplar una conducta problemática y preguntar: “¿Qué intención positiva hay detrás de mí?” Regálale tu presencia respetuosa, y proponle una nueva forma de servirte.¡Hasta la próxima!
genial , que felicidad , poder leer y que te llegue al corazón gracias infinitas
!Gracias Marilyn!