En el posteo anterior hablamos de los Círculos de Mujeres y de los beneficios de reencontrarse con nuestro lado sagrado femenino en compañía de otras mujeres. Participar en ellos nos trae recuerdos, memorias antiguas de la tribu y su funcionamiento.
Los círculos son lugares de encuentro donde podemos poner en palabras nuestros sueños, desaciertos y todo lo que nos inquiete. Allí tenemos la posibilidad de ser escuchadas sin juicios de por medio y de escuchar y hacer espejo con otras hermanas. Los círculos de Mujeres son espacios sagrados, donde no hay prisa, es un tiempo para nosotras que llevará a un cambio para los que nos rodean. Espacio de honra, gratitud, reconocimiento, empoderamiento y claridad.
Si ya eres parte de un círculo o de varios seguramente, en algún momento, sentirás deseos de formar otros. ¡Que así sea!!! Que tu experiencia en el círculo se expanda hacia otras mujeres para lograr cambiar el miedo por amor.
Los encuentros precisan de un espacio para realizarlos, puede ser una casa, un patio, un salón o un espacio al aire libre donde las personas estén cómodas para realizar las actividades que se propongan.
Podemos preparar el lugar con un pequeño altar en el centro, donde estén representados los cuatro elementos, esto lo puedes hacer con objetos simples, un vaso con agua, una vela encendida, una pluma y piedras o un poco de tierra en un cuenco. Si se realiza al aire libre podrás armar una hoguera en el centro, es bueno nombrar a alguna de las participantes como Guardiana del Fuego para que lo alimente y mantenga hasta el final de la ceremonia.
Ya sentadas alrededor del Fuego o el altar se abrirá el círculo pidiendo permiso y asistencia a la Diosa y sus arquetipos, a todos los seres de luz y a nuestro linaje femenino para que nos acompañen, se hagan presente y sanen en el círculo sagrado. A continuación se abrirá a la palabra, una a una de las participantes se presentaran, se traerán comentando brevemente sus inquietudes; no se debe monopolizar la palabra, por lo general se otorgan dos o tres minutos, la palabra es sagrada, no se debe interrumpir a quien está hablando, cuando esta haya finalizado pasara la palabra a quien tenga a su lado. Al finalizar la presentación comenzará una charla social para distender y conocer a las participantes con quien compartiremos nuestras inquietudes. Luego la guía propondrá alguna actividad, puede ser una pequeña meditación, rezo o visualización para traernos y conectar con nuestro centro, el espacio y el trabajo a realizar. En estas ceremonias se hace uso de algunos instrumentos como el tambor, su sonido conecta y ancla con el corazón y el canto que eleva y pone en movimiento las peticiones.
Y a continuación se vuelve a conceder la palabra una a una de las participantes, aquí no se emiten juicios ni opiniones, simplemente se escucha, se conecta con la madre tierra y lo sagrado femenino. Hay momentos de diálogos y trabajos grupales, según lo que disponga la guía, volvemos a repetir, dentro del círculo sagrado no hay jerarquías, quien sostiene y guía al grupo también es aprendiz. Todas comparten su sabiduría y de ella nos nutrimos y fortalecemos, no estamos solas. Es importante tener en cuenta que lo que pasa o se dice en el círculo queda en él, este es un espacio de apertura y confianza.
La danza, el simple movimiento alrededor del círculo es otra herramienta a utilizar. Cada círculo tiene su particularidad, no hay una sola manera de hacerlo.
El sahumado, quemado de hierbas y resinas como salvia blanca, romero, copal, palo santo y otros hace que conectemos con el poder de las plantas sirviendo también de vehículo en este trabajo espiritual. El tiempo de duración se propone con la invitación a la ceremonia, es importante respetarlo para que las personas puedan organizarse con sus actividades y no estar incómodas o apuradas. Se suele dedicar dos o tres horas a cada encuentro y programar los próximos tomando en cuenta las fases lunares, cambios de estaciones o fijando una fecha que sea favorable al grupo.
Para finalizar, se cierra el círculo agradeciendo por lo compartido y recibido. Todas las mujeres paradas se toman de la mano y hacen una reverencia al centro del círculo, a la tierra y al cielo que representa al Gran Espíritu y a todos los seres que acompañaron el trabajo realizado.
¡Prepárate, empodérate, vibra desde el amor y se un canal de sanación! ¡Que así sea!!!
La Pacha humitos del Litoral.