En la nota de hoy examinaremos los apegos emocionales, tema ampliamente estudiado por la Psicología y la espiritualidad. Te contaremos que son y cómo podemos identificar aquellos que pueden ser tóxicos para la salud.
Apegos emocionales.
Los apegos emocionales son vínculos fuertes que desarrollamos hacia personas, situaciones o incluso cosas, donde dependemos emocionalmente de ellas para sentirnos bien o completos. El apego se construye en los primeros años de vida en la relación con nuestra madre, padre o la persona que esté a cargo de nuestro cuidado. Es en esta etapa donde se desarrolla la personalidad del niño y esto luego influirá en el modo de vincularnos y relacionarnos con las demás personas en nuestra vida.
Los apegos pueden ser saludables en algunas circunstancias, pero cuando se vuelven excesivos o poco equilibrados, pueden generar sufrimiento, ansiedad y dificultar nuestro crecimiento personal.
¿Qué son los apegos emocionales excesivos o tóxicos?
Un apego emocional se forma cuando depositamos gran parte de nuestra felicidad o estabilidad en algo externo. Por ejemplo, puedes sentir que necesitas estar con una persona específica para sentirte bien, o que no puedes estar en paz si no tienes cierto objeto o condición de vida. Estos apegos son comunes y humanos, pero el problema radica cuando pasamos de tener un afecto normal a depender de algo de manera insana.
Un apego se vuelve negativo cuando la pérdida o ausencia, real o imaginaria de lo que deseamos nos lleva a experimentar un dolor profundo, miedo, angustia o incluso rabia. Además, muchas veces estos apegos nos impiden disfrutar de la vida por completo, ya que vivimos con miedo a perder lo que creemos necesario para nuestra felicidad.
“Todo esfuerzo por aferrarnos nos hará desgraciados, porque tarde que temprano aquello a lo que nos aferramos desaparecerá y pasará. Ligarse a algo transitorio, ilusorio e incontrolable es el origen del sufrimiento. Todo lo adquirido puede perderse, porque todo es efímero. El apego es la causa del sufrimiento.” Psic. Walter Riso.
¿Cómo superar los apegos emocionales?
Superar, no significa que debas alejarte de todas las personas o cosas que amas, sino aprender a tener una relación más saludable con ellas. A continuación te dejamos algunos pasos que pueden ayudarte a lograrlo:
Reconoce el apego: El primer paso es darte cuenta de que tienes un apego emocional. Observa si sientes que necesitas a esa persona, cosa o situación para ser feliz o si te da miedo perderla. La conciencia es el primer paso hacia el cambio.
Acepta la impermanencia: Todo en la vida es temporal, incluidas las personas, las relaciones y las situaciones. Aceptar que nada dura para siempre puede ayudarte a ver el apego con más claridad y a disfrutar el presente sin miedo al futuro.
Refuerza tu autoestima: Muchos apegos emocionales se forman cuando no sentimos que somos suficientes por nosotros mismos. Trabajar en tu autoestima, reconociendo tus propios logros, fortalezas y valor, te permitirá depender menos de lo externo.
Practica el desapego: El desapego no es indiferencia, sino aprender a amar y disfrutar sin necesidad de poseer. Puedes disfrutar de las cosas y las personas sin aferrarte a ellas.
Crea una vida equilibrada: Muchas veces los apegos se forman porque no tenemos un equilibrio en nuestras vidas. Asegúrate de tener tiempo para ti, para tus hobbies, y para construir una vida que te haga feliz sin depender de una sola cosa o persona. Además estarás dándoles lugar a otros para que puedan vivir libremente.
Deja ir el control: El deseo de controlar está relacionado directamente con el apego. Queremos que las personas se queden, que las cosas sean como deseamos, pero eso no siempre es posible. Aprender a soltar el control y aceptar que la vida es impredecible puede ayudarte a reducirlo.
Controlar nuestras emociones es posible, solo tienes que conseguir las herramientas para hacerlo, si deseas ahondar más sobre este tema y otros relacionados te recomendamos la lectura del libro del Psic. Walter Riso “Despegarse sin anestesia”.
Superar el apego emocional es un proceso que lleva tiempo, pero es fundamental para alcanzar una verdadera paz interior. Al hacerlo, te liberas del miedo a la pérdida y descubres una forma de relacionarte más libre y saludable con el mundo. ¡Hasta la próxima!
La Pacha Espiritual.