Baños de aguas termales: Que son y cuáles son sus beneficios y contraindicaciones. 

Seguramente has escuchado hablar de las aguas termales, pero ¿Sabes realmente que son y por qué se creen tan beneficiosas para la salud? En esta entrega hablaremos sobre los baños de aguas termales, su origen y los beneficios de este método de hidroterapia. 

Los baños de aguas termales son piscinas o fuentes naturales de agua que contienen minerales disueltos y tienen una temperatura más alta que la del cuerpo humano.

 Estas aguas subterráneas se encuentran en diversas ubicaciones alrededor del mundo, frecuentemente, a lo largo de líneas de fallas. Pueden ser de origen telúrico o magmático. Origen telúrico: El agua existente en la superficie de la tierra se filtra en el suelo hasta las capas más profundas; allí incrementa su temperatura. Luego  brotan nuevamente hacia la superficie  con temperaturas que pueden variar significativamente dependiendo  de la ubicación geográfica. Esta variación va desde los 5 °C hasta los 70°C.

 Las aguas termales de origen magmático son aquellas que se encuentran cerca de volcanes o en regiones tectónicamente activas , se calientan debido a la proximidad de actividad volcánica o a la presencia de magma subterráneo, tienen una composición química única debido a su interacción con las rocas volcánicas y el magma subyacente. También existen baños termales con estos dos tipos de agua, combinaciones que se obtiene por medio  de la mezcla y del filtrado de  las mismas.

Cualquiera sea su origen y composición, son muy  buscadas por sus propiedades terapéuticas y relajantes ya que contienen distintos minerales como, magnesio, hierro y  azufre entre otros. 

Algunas aguas termales son más adecuadas para la natación y el baño, y generalmente se mantienen a temperaturas más bajas, alrededor de 30-40 grados Celsius. Estas temperaturas suelen ser cómodas y agradables para disfrutar de un baño relajante. 

                                        Beneficios de los baños de aguas termales 

Relajación y alivio del estrés: Sumergirse en aguas termales puede proporcionar una sensación de calma y relajación. El calor del agua y las propiedades minerales pueden ayudar a reducir la tensión muscular y aliviar el estrés.

Mejora de la circulación: El calor del agua termal dilata los vasos sanguíneos, lo que mejora la circulación sanguínea en el cuerpo. Esto puede ser beneficioso para personas con problemas circulatorios o que experimentan dificultades en la cicatrización de heridas.

Alivio del dolor y la inflamación: Las aguas termales a menudo contienen minerales como el sulfuro, el magnesio y el calcio, los cuales se cree que tienen propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Sumergirse en estas aguas puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación en articulaciones y músculos.

Mejora de la salud de la piel: Algunas aguas termales contienen minerales que pueden beneficiar la salud de la piel. Por ejemplo, el azufre puede ayudar a tratar afecciones como el acné y la dermatitis, mientras que el silicio puede promover la regeneración celular y mejorar la apariencia general de la piel.

Promoción de la desintoxicación: El calor y los minerales presentes en las aguas termales pueden ayudar a estimular el proceso de eliminación de toxinas del cuerpo a través de la piel.

Es importante tener en cuenta que cada fuente termal puede tener composiciones químicas y propiedades terapéuticas diferentes. Además, algunas personas pueden tener condiciones médicas o sensibilidades que les impidan disfrutar de los baños de aguas termales como afecciones coronarias, infecciones, quemaduras o heridas abiertas en la piel, hipertensión, entre otras. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de sumergirse en aguas, especialmente si se tienen afecciones médicas preexistentes. !¡Hasta la próxima entrega!

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